viernes, 7 de octubre de 2011

EMPEZAR EN EL COLE


Empezar el colegio puede ser un drama tanto para los niños, como para los padres. El cambio de la guardería o del hogar con los padres a una escuela es muy grande. Para lagunos será la primera vez que el niño realmente tiene que arreglárselas sin sus padres. El encuentro con tantos niños extraños, puede verlo más como un reto que como una oportunidad de aprender y divertirse.

El niño en edad escolar suele mostrarse muy interesado en aprender cosas nuevas en todo momento. Su capacidad de observación y de aprendizaje se dispara, y su habilidad para aprender de memoria está en el mejor momento.

El sentido de los niños sobre su propia identidad aumenta, y son cada vez más conscientes de su propio sexo, es decir, de si son niñas o niños.
Y se percatan de que hay más niños para jugar. Es la principal atracción hacia el colegio.

Si el niño está a gusto en el colegio y se lleva bien con sus amigos y profesores, la mayoría de los padres notarán que su hijo está en un periodo tranquilo y estable. Conforme pasa más tiempo fuera de casa, toma más independencia y busca valores y formas de conducta en otras personas, además de las familiares.

Otras familias no son tan afortunadas. Los niños pueden tener algunos problemas que los padres no esperaban. Si los resultados del niño son peores que los de los otros niños, pueden aparecer problemas inesperados.

A veces suelen aparecer problemas, el niño puede tener necesidadees especificas que le retrasen con respecto al resto de la clase. Ella o él pueden ausentarse del colegio, y los padres pueden descubrir que está mintiendo, robando o cometiendo actos de vandalismo con amigos. Esto puede ser un signo de inseguridad, incluso de ansiedad o depresión, o puede indicar que le cuesta aprender.

Uno de los problemas más frecuentes es la lectura. Aproximadamente, uno de cada diez niños tiene dificultades para mantenerse al mismo ritmo que el resto de la clase, en el desarrollo de la lectura y la escritura. Estos niños no sólo tendrán dificultades con su propio idioma, sino que los problemas de lectura también les harán más difícil el estudiar otras asignaturas. Pueden perder interés por el colegio y creer que no sirven para estudiar.

Si al niño se le imponen requisitos duros en los primeros años escolares, puede no ser lo suficientemente maduro como para enfrentarse a ellos.

Puede costar mucho esfuerzo, tiempo y energía que el niño obtenga resultados que otros niños consiguen de manera relativamente fácil. En este caso, la autoestima del niño puede verse dañada y puede aumentar su inseguridad.

Estos problemas pueden comportar síntomas de nerviosismo, como chuparse el dedo, morderse las uñas, irritación, inquietud, falta de concentración y dificultades para conciliar el sueño.

Los años escolares son tiempo de muchas demandas y necesidades, y algunos niños pueden desarrollar los primeros signos de problemas físicos y nerviosos, que pueden causarles problemas durante toda su vida.

Afortunadamente, la mayoría de los niños ven el colegio como un tiempo de retos excitantes y alegres a los que pueden enfrentarse.

Los padres en estos casos deben identificar los problemas junto con el maestro y el equipo de Orientación, para que se pongan en marcha las soluciones para cada caso.